jueves, 1 de octubre de 2009

Siempre hay una primera vez

Hoy he ido a mi primera clase de funky. ¡Uf! Qué difícil. Sólo con intentar memorizar la coreografía y aprenderte los pasos ya es mucho, encima darle "rollito" ni te digo. De tanto repetirlo, eso sí, haces bastante ejercicio. Brazos arriba, piernas abajo. Es un poco como estar en clase de aeróbic, sólo que bastante más divertido que ir a un gimnasio. Bueno, seguiré un par de meses de prueba y a ver cómo me va.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el funky se te dará bien, lo llevas en la sangre. te ví bailar funky delante de la wii en casa de Raquel.

Unknown dijo...

Ánimo con el funky, aunque ya te dije el otro día que el gimnasio es mucho más divertido.

Fdo. el de los vinos de Alfonso :-D