sábado, 17 de octubre de 2009

Clase magistral con Alessandro Baricco

El pasado uno de octubre fue la inauguración del Master de Narrativa. Era la primera vez que pisaba el edificio situado en el número dos de la calle de Francisco de Rojas de Madrid, y ascendía por la solemne escalera de madera, tan pesada y, a la vez, hermosa como el saber de los libros que se exhiben en las estanterías de la Escuela de Escritores situada en el primer piso.
Ya había asistido alguna vez a una conferencia impartida por un escritor, aunque siempre con ocasión de presentar su última novela. Pero una clase magistral... eso sonaba distinto. Sí, me dije, esto tiene que ser otra cosa seguro.
La conferencia, traducida del italiano de forma muy amena por uno de nuestros profesores, me gustó mucho, aunque tengo que confesar que me supo a poco, quizá porque yo estaba pensando en lo que venía después. Baricco me pareció una persona sincera, reflexiva y cercana. Sin aires de señor literato ni extravagancias de poeta. Uno más, vaya. Después vino la clase y, no sólo no me decepcionó, sino que me quedé con ganas de seguir escuchándolo o incluso de invitarlo a cenar, aunque deduje enseguida que debía conformarme con llegar pronto a casa para leerme alguno de sus libros. He de confesar que había leído “Seda” y no me asombró. Como me ocurre a menudo, los libros que más éxito tienen entre el público a mí no acaban de convencerme. Pero, tras la clase, le he concedido una segunda oportunidad y he empezado a leer “Océano mar”, al que pienso prestarle toda la atención que requiere por parte de un conato de escritora.
De su conferencia me quedé con una frase, en la que dirigiéndose a nosotros, los alumnos, nos advertía de que quizá un día en la escuela, una lección, un profesor, una sola frase, nos abrirá los ojos; y en ese momento sentiremos que nuestra vida cambia por completo. Yo le creí, porque pienso que, al fin y cabo, las cosas más importantes de la vida suceden en solo instante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojalá dentro de poco pueda leer algo tuyo, que me compre en una libreria, porque lo que es tu distribuxción a pequeña escala, siempre dejó mucho que desear...