Ya está, no ha sido tan difícil después de todo. Tengo el piso disponible a partir del 15 de julio. No me lo he pensado demasiado, después de ver cuatro o cinco pisos diminutos, incluyendo alguno de esos que tienes que entrar de canto en las habitaciones para no darte con la cama, me he decidido por uno que tiene terracita, para que me dé la sensación de que el piso es más grande. Tengo miedo de que, al pasar de mi fantástico piso de tres dormitorios a otro de solo uno, me entre claustrofobia. Además así Pepa, mi perrita, tendrá donde tumbarse a tomar la siesta.
Este mes me darán las llaves. Estoy deseando ir para tomar fotos y medidas de las habitaciones y empezar a decorarlo. Son vicios de arquitecta, qué se le va a hacer. Bastante cerca de Atocha, es un piso pequeño, solo tiene un lugar donde dormir, pero a mí me parece ver en él un refugio inmenso donde escribir.
martes, 7 de julio de 2009
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